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1974, ¡Sí a Mini!

Los últimos Mini españoles

  08 / Abril       Publicidad y automóvil      Escrito por : Santi Martinez
1974, ¡Sí a Mini!

Si 1974 es recordado como un año nefasto para el automóvil, más lo fue todavía para Leyland Authi. Esta empresa en trámite de venta sufrió esa temporada graves conflictos laborales y un terrible incendio. A pesar de ello no dejo de gritar con insistencia durante todo ese año ¡Sí a Mini!. Aunque más que un grito fuese ya un lamento.

1974

El año 1974 comenzaba en España muy movido. El 2 de Enero el Ministerio de Industria autorizaba una subida en los precios de los automóviles de un 3% que no será la única. Por mucho que los combustibles destinados a la automoción sólo representaban el 8% del consumo de petróleo en España, a partir del día 11 de enero la gasolina normal costará 13,5 pesetas, que serán las 17,50 a comienzos de marzo...

Ello venía provocado por la brutal recesión que padecía todo el planeta tras el conflicto árabe-israelí del año anterior, crisis que aunque suavizada había acabado por llegar aquí, donde, como ejemplo, las importaciones de crudos de petróleo habían costado más en los 6 primeros meses de 1974 que en todo 1973. 

Una consecuencia directa será, a partir de abril, la limitación de la velocidad en nuestras las vías de circulación: 90 km/h en carretera, 110 km/h en autovía y ¡130 km/h en autopista !, a pesar de que ni el 40 % de los automóviles comercializados entonces en estas tierras superaban esta última cifra.

La situación no parece ser mejor fuera de nuestras fronteras. La prensa informa de los 75.00 despidos en Fiat, que acumulaba 400.000 coches sin vender, mientras que la supervivencia de Volkswagen se escribe entre signos de interrogación.

Fuente: Cuatroruedas, septiembre 1974

En el caso de Authi, que vive a mediados de año un mes de encierros y huelgas, sufrirá en octubre un aparatoso incendio en el almacén general de Landaben que deja tras las cenizas unos daños valorados en más de 500 millones de pesetas, el 15% de la facturación de 1972. Por otra parte, 1974 acabará prácticamente como comenzaba, con el convencimiento de que Leyland Authi acabaría en manos de General Motors. Pero la Administración española da largas al asunto y no autoriza la operación de venta a pesar del contrato en firme, por 3.600 millones de pesetas, que une a BLMC y GM. 5.000 familias contienen ese año el aliento.

El Mini

“Desde hace 10 años la sensación producida por esta palabra ha dejado de ser tan sólo una cosa pequeña, de cuento o laboratorio (…) Tanto la minifalda como el miniautomóvil respondieron a una necesidad de liberarse de una tela y una chapa que sólo servían para restar libertad de movimientos...”

Cuatroruedas, octubre 1970

Afortunadamente el Mini, además de haberse convertido un fenómeno social, era un vehículo adaptado a la penuria. Presentado en 1959 como consecuencia de la Crisis de Suez de 1956, llegaba a España en 1968 como 1275 C y se transformará en 1000 al año siguiente. Con el comienzo de 1970 se minimizaba todavía más gracias al 850, que finalmente disponía de la cilindrada con la que habían nacido sus homólogos británicos.

Fuente: Cuatroruedas, novienbre 1970

En octubre de 1970 tanto los 850 como los 1000 se desdoblan en 2 versiones: normal y de Luxe. A diferencia de los Mini anteriores (conocidos como ADO 15 o Mk II), en ambos casos contarán con cristales descendentes, carecerán de bisagras exteriores y dispondrán de unas lunetas traseras de mayores dimensiones, modificaciones todas ellas dadas vistas en el Mini británico en el Salón de Bruselas de comienzos de ese año (especificaciones ADO 20 o Mk III). 

En el interior los usuarios de las versiones de Luxe podrán disfrutar de asientos "anatómicos", alfombras de moqueta y de una instrumentación formada por 3 esferas en la parte central del salpicadero: velocímetro/nivel de gasolina, y relojes de temperatura de agua y presión de aceite. La producción de los Mini españoles alcanza entonces las 100 unidades diarias.

 ¡Sí a Mini!

La campaña publicitaria ¡Sí a Mini!, destinada a promocionar los Mini 850 y 1000, se desarrolla a lo largo de todo 1974, lo que permite conocer la evolución de sus precios. Un Mini 850 Normal comienza costando 90.000 pesetas franco fábrica (106.560 ptas. en total) antes del 11 de enero y llegará a valer 102.600 pesetas f.f., casi un 15 % más.

Fuente: Cuatroruedas, diciembre 1974. El comentario del anuncio se corresponde con lo publicado en la revista

Como dato anecdótico, la operación ¡Sí a Mini! se publicó en revistas de carácter familiar como Hola, Semana o Reader's Digest; no se vio por las páginas de Autopista o Cuatroruedas, donde el fabricante si promocionaba con alegría el reciente Mini Cooper o los Austin Victoria. Y es que Authi,  según desvelaba un estudio publicado por Cuatroruedas a mediados de 1974, era la empresa automovilística nacional que, respecto a su facturación, más esfuerzos dedicaba a publicitar sus productos, concretamente un 1,5%. Seat, la menos generosa en este aspecto, dedicaba sólo un 0,35% de sus recursos.

En la difícil coyuntura de 1974 resulta lógico que el Mini defendiese una de sus principales cualidades. El bajo consumo de un 850 de Luxe (6,2 litros cada 100 kilómetros en carretera) resultaba "casi ofensivo" al compararlo con el de un Vauxhall Velox.

En marzo de ese año fatídico el 1000 de Luxe es sustituido por el 1000 LS que recuperaba el buen andar de los primitivos 1000E al disponer de 55 cv SAE (en lugar de los 41,5) logrados principalmente gracias al aumento en la relación de compresión. La nueva versión dispondrá de un anuncio propio dentro de la campaña de afirmación del Mini, en el que, frente a sus hermanos más modestos, se destacan los neumáticos radiales capaces, junto al aumento de potencia, de hacer subir al Mini por las paredes. Los frenos, como en los 850 y 1000, seguirán siendo de tambor a las 4 ruedas en esta versión, que conservará también la seca suspensión "DryCone" mediante tacos de goma.

Para revitalizar las ventas, desde el primer día de abril de 1974 la firma cántabronavarra duplicará la garantía de sus productos comercializados a través de sus 300 puntos de asistencia: 1 año o 20.000 kilómetros en coste de piezas y mano de obra. La maltrecha Authi, sin tener despejado su futuro, pasaba a ofrecer las mejores condiciones en este aspecto del mercado nacional, lo que será convenientemente resaltado en los anuncios antes de concocer lo que hemos de pagar por un Mini.

 

Los publicistas de la agencia Compas Needham matan dos pájaros de un tiro cuando un Mini ocupa la caseta de dos enormes dogos en lo que parece una solemne recepción. El "coche más pequeño de España" hacía posible tal maniobra mientras que su "personalidad única", su carácter desenfadado y diferente, le evitaban desentonar en el aparcamiento de una mansión al codearse con un Dodge de 1959 o un 3700 nacional; una escena que no hubiera servido para mejorar las ventas de un Reanult 8 o de un Seat 124.

 

El hecho de haber sido el primer automóvil fabricado en serie con motor transversal seguía permitiendo, 15 años después de su aparición, que el Mini dedicase el 80 % de su superficie total a los pasajeros y sus equipajes; haciendo posible convertirlo en un hipotético vehículo de transporte escolar. Afirmar, como hacían los publicistas, que no existía otro automóvil con tal aprovechamiento del espacio parecía querer obviar la campaña de lanzamiento del Seat 127 en 1972, o incluso la del 133 por esas mismas fechas, en las que el último todo atrás de Seat sacaba, sospechosamente, el mismo provecho de volumen. 

"El hueco interior (del Mini) es prácticamente igual que en el Seat 850, pero con medio metro menos de longitud, lo cual es casi un milagro"

Autopista, febrero 1971

Con el verano de 1974 las tarifas de los Mini vuelven a subir pero se incluye en estos nuevos precios los cinturones de seguridad y el antirrobo. Los Mini vuelven a pasar por la gasolinera para demostrar que con sus veteranos motores sigue siendo un acontecimiento repostar los 25 litros de su depósito. A comienzos de 1971 la revista Autopista califica al Mini 850 como "el rey de la economía" cuyo "excepcional" consumo se debía a una carburación escasa y al largo desarrollo de la directa. En el caso del 1000 el gasto de combustible es simplemente "normal" para sus poco más de 600 kilos. En ambos casos la elasticidad de los motores brillaba por encima de sus alegría a altas revoluciones.

En el último anuncio de su última campaña publicitaria el Mini vuelve a hacer de las suyas gracias a sus de 3,05 metros de longitud y a su excelente maniobrabilidad. Pero el Mini sufría ya la vía de agua abierta en el casco de la comatosa Authi. En diciembre de 1974 el semanal Autopista parece adelantarse 6 meses a los tristes acontecimientos al publicar en portada "Authi Mini, adiós". El agónico grito ¡Sí a Mini! sonaba definitivamente a despedida.

El 14 de mayo de 1975 un Mini 1000, el modelo más fabricado por Authi, fue el último automóvil que esa firma fabricó en la planta pamplonesa de Landaben.

Artículo relacionado: "Tú a Landaben, yo a Zaragoza"

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