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Volvo 240 Turbo

Repasamos la publicidad de la marca sueca en España hasta comienzos de los 80

  23 / Noviembre       Publicidad y automóvil      Escrito por : Santi Martinez
Volvo 240 Turbo

Durante años Volvo publicita obsesivamente la seguridad pasiva de sus vehículos por encima de cualquier otra cualidad.

Como consecuencia de ello los coches suecos se ganaron el apelativo de “Los tractores más rápidos del mundo”.

Pero un tanque es mucho más letal.

A comienzos de los años 80, una vez que el mercado español de turismos se abre tímidamente a las importaciones (puedes ver el reportaje “Liberalización de las importaciones de turismos en España. Antecedentes”), la publicidad del fabricante nórdico equipara a cualquiera de sus vehículos con “el mejor seguro de vida” para sus ocupantes.

La ciudad es una selva y la ley del más fuerte predomina en la carretera… Cada Volvo es una auténtica cámara de seguridad puede leerse en miles de periódicos de entonces.

El prestigio de la marca se basa en la seguridad pasiva, o lo que es lo mismo, salir ileso tras un accidente. Hablar de su línea y confort está demás, la seguridad antes que nada, pretenden que recordemos los nórdicos antes de que pasemos la página.

Con estos argumentos publicitarios, el cliente tipo se reduce mayoritariamente a conductores que practican una conducción defensiva, obsesionados por sufrir un vuelco o un choque.

El siguiente paso en el programa publicitario en nuestro país llega de la mano de la “seguridad dinámica”: Fácil conducción incluso en condiciones extremas añaden los suecos a su nuevo leitmotiv.

Ahora se suaviza el lenguaje (antes conducir era algo amenazante) y el aspecto de los vehículos cobra protagonismo. A los tradicionales valores de la seguridad pasiva (amortiguadores en los parachoques, interiores ignífugos y perfiles de acero) se unen ahora elementos propios de la activa (dinámica, por tanto) como el sistema de frenado, con doble circuito triangular y cuatro discos.

Consideraciones publicitarias al margen, lo cierto es que los Volvo aportaban robustez, buen acabado y lujo. Su línea, aunque poco estilizada, resultaba aparente y connotaba prestigio...y tenían una tranquila y saneada clientela.

Si embargo, este enfoque comercial marginaba a otro tipo de compradores potenciales de talante más dinámico a los que no les estimulaba saber que la vida media de un Volvo es de 17 años. No aspiran a momificarse dentro del mismo automóvil esa eternidad.

Quieren que un automóvil les aporte algo más que esosaparatos de locomoción grises, fríos y distantes, como llega a referirse a ellos el semanal Autopista.

A este tipo de clientes y a los fieles a la casa, Volvo pretende ofrecerles un vehículo brillante y con carácter. Un modelo que no solo neutralice las consecuencias de un accidente.

Estamos en mayo de 1982 y Volvo les pregunta:

¿Ha visto alguna vez un tanque a 200 kms. por hora?

El tractor se convierte ahora en tanque con el Volvo 244 Turbo. Un tanque es todavía más poderoso y seguro que un vehículo agrícola.

Pero antes de profundizar el en contenido del anuncio presentaremos a nuestro protagonista como se merece.

La gama 240 (242, 244 y 245 según el número de puertas) se da a conocer en el Salón de París en septiembre de 1974 y sustituye en la oferta Volvo a los modelos 120 y 140.

Seis años más tarde, de nuevo en París, Volvo muestra la versión turbo en esta familia; será su primera mecánica sobrealimentada.

Los técnicos suecos toman como base el motor B21 de 4 cilindros y 2.127 cm3 que gracias al turbo Garret TB-03 y a la inyección mecánica K-Jetronic, consigue 155 cv a 5.500 rpm. Éstos llegan a las ruedas traseras tras pasar por una caja de cambios de 4 velocidades más “overdrive” electrónico (5 relaciones en total).

Fuente: L'Automobile Magazine

En su discreto pero imponente exterior de casi 4,80 metros destacan las llantas de 6x15” con neumáticos de medida 195/60.

Fuente: L'Automobile Magazine

El Volvo 244 Turbo llega a nuestro país en marzo de 1981 y su primera aparición pública tendrá lugar en el Salón de Barcelona, celebrado en mayo.

Un año más tarde, cuando se publica el anuncio publicitario que comentamos, su tarifa es de 2.623.000 pesetas, mientras que la versión con acabado GLE (244 GLE Turbo) roza los 3 millones de pesetas.

Asociado al mayor nivel de equipamiento se ofrece con una carrocería familiar (245 GLE Turbo), comercializada por 3 millones y cuarto que será la ranchera con más brío de nuestro mercado (con permiso del Mercedes 280TE).

¿Y que dice de nuestro protagonista la prensa del motor a principios de los 80?

El semanal Autopista ensaya en 1982 “la furgoneta de carreras”. El tanque se convierte aquí en el más veloz de los vehículos de reparto.

Se destaca su robustez y calidad, la amplitud de la carrocería y sus prestaciones muy brillantes.

“A partir de 2.500/2.700 r.p.m. el coche sale catapultado hacia delante en cualquiera de las cuatro marchas…”

Con la cuarta engranada ninguno de sus rivales (BMW 528i, Mercedes 280E o Saab 900 Turbo) logra vencerle en recuperaciones.

Se critica la presencia del eje rígido trasero, por los continuos rebotes en pavimento ondulado y elconsumo exagerado que puede alcanzar “cotas impresionantes” (20 litros tanto en ciudad como rodando alegre por autopista).

A título anecdótico, la velocidad máxima obtenida en el test es de 190,68 km/h.

La prueba concluye agudamente:

“Uno de sus más llamativos aspectos puede ser invitar a unos amigos a dar una vuelta en la furgoneta y ver la cara que ponen cuando la aguja supera los 200”

A comienzos de 1981, la revista belga Le Moniteur de L’Automobile elogia su potencia y prestaciones. Los informadores belgas obtienen unos registros brillantísimos, con una aceleración en el 0-100 de 8,5 segundos (inferior a los 9 anunciados) mientras pulveriza los 400 y el kilómetro con salida parada en 15,6 y 29,7 segundos respectivamente.

La velocidad máxima alcanzada es de 192,9 km/h, leyéndose en el velocímetro 205 km/h.

Como aspectos positivos del modelo se citan la potencia de frenada, la asistencia de la dirección y el silencio de funcionamiento.

Pero “la suspensión está sobrepasada por la potencia” lo que provoca problemas de adherencia del tren trasero. “No ha sufrido una evolución paralela al motor, que a partir de 2.800 rpm complica las cosas con su temperamento, lo que nos exige una atención continua para usar el acelerador con reflexión y anticipación”.

Otro punto negativo es la brusquedad en la conexión y desconexión del overdrive y los consumos, muy sensibles al tipo de utilización.

La publicación francesa L'Automobile Magazine insiste en el nervio del motor y aplaude la eficacia del sistema de frenado, el acabado y el completo equipamiento. Pero se observa que la suspensión es demasiado firme, que el motor carece de garra a por debajo de la zona turbo y que… los consumos, como no, son elevados (se obtiene un valor medio de 12,05 litros/100 km).

Los valores de aceleración son de 16,46 y 30,91 segundos (para cubrir desde parado los 400 y 1000 metros, respectivamente), mientras que la velocidad máxima se detiene a los 186,6 km/h.

Revista Autopista, septiembre de 1980. El Volvo Turbo vuela, pero según la prensa no lo hace a 200 km/h

Supongamos que nos encontramos todavía a mediados de 1982. Nos seduce este vehículo invulnerable y veloz. No nos asusta su consumo, su delicado tren trasero o su elevado precio. Pero queremos conocer que otras alternativas están a nuestro alcance, fijando como base de comparación el precio de la versión 4 puertas con acabado GLE (244 GLE Turbo).

Por 80.000 pesetas menos disponemos de un Audi 200 5E con 5 cilindros, tracción delantera y algo menos de 140 cv. Si queremos equiparar sus prestaciones con las del Volvo es obligado recurrir también al turbo en el alemán (Audi 200 5T), en este caso asociado a la transmisión automática. El resultado son 170 caballos, 15 más que los de nuestro “tanque”, pero a costa de ser 350.000 pesetas más caro.

Prácticamente por el mismo precio (unas 20.000 pesetas menos) podemos disfrutar de un BMW 528i. Supera al Volvo en 30 caballos, es más ligero, y su conducción es más dinámica. Si nos conformamos con 150 caballos, la firma bávara nos podría sugerir un BMW 525i, cuyo motor de 6 cilindros nos permitirá rozar los 200 km/h y reservar 280.000 pesetas en nuestra cuenta corriente.

Mercedes nos propone dos alternativas bajo su carrocería W123. El 250, un 6 cilindros con poco espíritu (140 caballos con carburación) pero algo más barato, o el 280E cuya etiqueta marca casi 400.000 más que la del Volvo, aunque dispone de 30 caballos más sin las brusquedades del turbo.

En British Leyland podrían argumentar que su Rover Vanden Plas iguala en potencia y precio al Volvo, y lo supera en versatilidad gracias a su portón trasero. Intentarían convencernos con las bondades de su motor V8, único en su categoría.

Por último, su compatriota Saab nos podría disuadir de la compra del Volvo con el siempre original 900 Turbo 4 puertas, que con un motor turbo muy similar (145 caballos, pero a las ruedas delanteras) detiene su tarifa 200.000 pesetas antes.

Por lo tanto, comprobamos que el Volvo se codea con las berlinas más selectas del momento.

A título anecdótico, el Volvo 244 GLE Turbo igualaba en precio a dos vehículos muy representativos de esos años: el Mercedes 300 D y el Porsche 924 (en versión automática), mientras que por su importe podríamos salir de un concesionario Seat con dos 131 Diplomatic 2000 (cima de Seat entonces) y un Ritmo 75 CLX.

Hasta ahora hemos analizado el coche y el mercado en el que competía. Veamos ahora que pretendía Volvo destacar de este modelo.

Lo primero que nos llama la atención de este anuncio a doble página es que en la primera de ellas se hace referencia exclusivamente a aspectos relacionados con las prestaciones, reservándose la parte derecha para recordarnos que sigue siendo un Volvo en cuanto a seguridad.

Comenzamos a leer:

“Este Volvo pasa de 0 a 100 km/h en 9 segundos”

Eso era decir mucho en 1982. De las berlinas con las que lo hemos comparado, tan sólo BMW anuncia un valor inferior (8,4 sg.) para su 528i, mientras que el Rover V8 3500 anuncia esos mismos 9 segundos.

“Alcanza fácilmente los 200 kilómetros por hora de velocidad punta”

Hemos visto a través de los ensayos de la prensa que la velocidad máxima obtenida apenas superaba los 190 km/h… cifra que por otra parte es la que declara oficialmente Volvo para este modelo. ¿Entonces por qué indicar 200 km/h en el anuncio?

Puede que Volvo se refiriese al valor indicado en el velocímetro (según Autopista con un error del 7%), por lo que rodando a 190 km/h nuestros ojos verían en el cuadro superar los 200…

“Es uno de los coches de serie más rápidos del mundo”

Aunque en mayo de 1982 Volvo disponía de otro modelo todavía más rápido, aunque no comercializado aún en España.

Se trata de la gama 760 cuya versión más temperamental cuenta con una variante Turbo de 2.3 litros, con intercambiador de calor y 173 cv, para la que Volvo homologa… precisamente 200 km/h.

Antes de que pasemos a leer la segunda página aparece la palabra que se asocia con todo Volvo: seguro.

"Es el coche más seguro de su clase. Porque es un Volvo..."

“Algunos por su alta seguridad se empeñan en llamarle tanque. Un tanque que alcanza 200 km. por hora”

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